El flato sigue siendo un gran desconocido y todavía se ignora exactamente su causa en la práctica deportiva. Sin embargo, podemos descartar que es el consumo de líquidos en el entrenamiento lo que lo produce. Se cree que está relacionado con una respiración descoordinada, y es que cuando bebemos agua mientras entrenamos, es habitual que abandonemos la respiración controlada y nos dejemos llevar por la ingesta de líquido.
El exceso de gases en el intestino por haber comido demasiado antes de hacer ejercicio, también contribuyen al dolor producido por el flato.
Aparece con facilidad en deportistas desentrenados o que han hecho un sobreesfuerzo o personas que no hacen ejercicio de manera habitual. La natación es el deporte que más flato produce y el ciclismo el que menos; los ejercicios aeróbicos por su parte, como correr, están en un punto intermedio.