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Lo que no nos cuentan del Omega 3 y 6: La clave está en la alimentación de los animales

En el mundo actual, donde la conciencia sobre la alimentación y sus efectos en la salud está en constante crecimiento, es crucial explorar más allá de las etiquetas y conocer la historia detrás de lo que llega a nuestros platos.

El impacto de la vida de la res en la composición de Omega 3 y 6

No hace falta darle muchas vueltas a la cabeza para sospechar que una vaca está mejor pastando al aire libre que dentro de un establo. Que es preferible que coma hierba a que coma pienso, que esté al aire libre a que esté siempre con luz artificial. La pregunta que nos podemos hacer a continuación es la de si esas distintas condiciones de vida y esa diferencia en su alimentación repercuten, no solo en su salud, sino también en la nuestra. Es decir, si hay o no ventajas nutricionales en comer carne de pasto frente a consumir carne convencional.

Los estudios así lo sugieren. Al parecer, la carne de animales que se han alimentado a base de hierba es mucho más rica en ácidos grasos Omega 3 y en otros nutrientes igualmente saludables. Cuanto mayor es el porcentaje de pasto en la dieta del animal, mayor va a ser la cantidad de ácidos grasos poliinsaturados, que son los más recomendables.

La importancia del equilibrio Omega 3 y 6 en la dieta humana

Los ácidos grasos Omega 3 modulan a la baja la inflamación. En cambio, los ácidos grasos Omega 6 son activadores de la inflamación celular y de los tejidos. Muchos estudios evidencian que las recomendaciones saludables entre la ecuación Omega 6:Omega 3 se encuentra en 1:1 o, como mucho 2:1 (2 Omega 6 por cada Omega 3 consumido), ya que un exceso de Omega 6 puede comportar problemas para la salud tales como incrementar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares o desarrollar ciertos tipos de cáncer.

Omega 3 y Omega 6 se denominan esenciales, porque el cuerpo humano no puede fabricarlos, por lo que dependerá directamente de lo que hayan comido las vacas y las aves que nos comemos.

La hierba de primavera es una fuente especialmente rica en ácidos grasos omega 3, y la leche extraída de vacas criadas en pastos es muy rica en los derivados los Omega 3, que también se encontraran en la carne procedente de vacunos que han pastado hierba y en los huevos de aves criadas en libertad.

Sin embargo, el ganado ingiere maíz, soja y trigo, que no contienen prácticamente ningún ácido graso Omega 3, al contrario dichas fuentes de alimentos son ricas en Omega 6. Por lo que si se alimentaran de hierba, la carne, la leche y los huevos presentarían un equilibrio perfecto de Omega 3 y Omega 6, cercano al 1/1, pero si comen maíz, trigo y soja, se producirá un desequilibrio de uno a 15/1 y hasta a 40/1 en algunos casos.

Por ejemplo, las gallinas de granja alimentadas a base de maíz, trigo, y soja sus huevos tendrán veinte veces más Omega 6 que omega 3.

Omega 3 vs. Omega 6: Impacto en la salud humana

Los beneficios del Omega 3 son amplios: desde favorecer el desarrollo del sistema nervioso, hasta hacer flexibles las membranas celulares, reducir la inflamación y disminuir la producción de células grasas “adipocitos”. Los Omega 6 facilitan la almacenamiento de grasas, favorecen la coagulación y la inflamación, y favorecen la producción de células grasas desde el nacimiento. Bebes gordos lo son por ingerir la leche materna llena de omega 6.

Recuerde que la carne de los animales de granja, si NO son de pasto, donde de la hierba reciben el tan anhelado Omega 3, y tan solo reciben la alimentación a base de harina de maíz, trigo y de soja, su omega será todo Omega 6, además suele contener antibióticos, hormonas y parásitos entre otras cosas.

Fuentes ricas en Omega 3: Más allá de la carne de pasto

Para aquellos que buscan aumentar su ingesta de Omega 3, no es necesario depender exclusivamente de la carne de pasto. También se pueden consumir: pescado y mariscos (en especial, pescados grasos de agua fría, como salmón, caballa, atún, arenques, y sardinas) nueces y semillas (como semillas de linaza, Lino, de chía y nueces).

En conclusión, la calidad de la dieta de los animales que consumimos tiene un impacto directo en la calidad nutricional de los productos que llegan a nuestra mesa. Optar por alimentos derivados de animales que han disfrutado de una dieta natural y equilibrada puede marcar la diferencia en nuestra propia salud y bienestar. Así que, la próxima vez que elijas tus alimentos, ten en cuenta el viaje desde el pasto hasta el plato.

zesis

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