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“El bombardeo subliminal de los medios sobre la belleza influye en los ataques de ansiedad”.

Antes que nada hay que saber qué es la ansiedad y, depende de la rama de medicina, cada uno da la definición que más le va a su campo: los psicólogos te la definirán de una manera, los psiquiatras de otra, los dietistas de otra… Desde mi campo, que trabajo la mente, considero que la ansiedad es un estado emocional de la mente por cúmulo de muchas sensaciones en el subconsciente desconocidas muchas veces y pocas veces conocidas por el sujeto.

Tenemos dos estratos de consciencia: el estado consciente por el que conocemos, almacenamos y rechazamos; y el subconsciente, en donde almacenamos todo lo que la mente consciente no puede aceptar. A veces es tanta la cantidad de información que nos llega al subconsciente, o dormimos tan poco, que no le damos tiempo a poder “ventilar”. Y aquí empiezan los problemas psicológicos y, de ellos, la ansiedad; un estado de ánimo de máxima aceleración y tensión psicológica, que va a provocar una alteración de mi comportamiento habitual como compensación y estabilización de estado normal. Cuando estamos ansiosos necesitamos compensarlo: hay gente que se dedica a la ludopatía, otros al deporte y otros a la comida”, aclara el Dr. Nasser. ¿Cuáles son los factores que llevan a estos ataques de ansiedad?

Vivimos en una sociedad machista, por lo que el papel de la mujer está mucho menos preciado, mucho más agredida tanto física como psíquicamente. Esta agresión psicológica, remarcada por los medios de comunicación que exaltan a la mujer como un objeto y no como un ser inteligente, produce en la mujer un estado de ansiedad.

Ante el gran bombardeo propagandístico de los medios de comunicación – tienes que ser guapa, delgada y ponerte esos modelos porque sí –, las chicas jóvenes se ven influenciadas porque poco a poco es un bombardeo subliminal que va dejando mensajes en el subconsciente. Les entra la gran ansiedad de que van a estar gordas y ellas no quieren estarlo. Por eso, ante esta ansiedad, se entregan a lo más fácil, lo más placentero: “me como una caja de bombones y mañana ya me pondré a dieta”.

Las personas con este problema, ¿por qué tienden a comer alimentos más calóricos?

Porque es más placentera al paladar. Si comer grasa fuera desagradable no lo comería nadie; por eso el chorizo es tan bueno, el jamón, la longaniza… Por otra parte, los hidratos de carbono y los azúcares son imprescindibles cuando hacemos ejercicio; el chocolate, la bollería, la pasta… Sin embargo, las cosas sabrosas son las que engordan; las judías verdes no, pero tampoco te van a aportar ningún depósito. A las personas les gusta más las grasas porque es el almacén en donde nosotros podemos tener reservas para que no nos muramos de desnutrición.

¿Qué tratamiento recomienda a estas personas?

 No se puede tratar estos problemas como tratamiento sin hacerle ver al sujeto que realmente está enfermo y que hay que limpiar su subconsciente. ¿Cómo se hace esto?  El psiquiatra lo hace con pastillas, la psicóloga con técnicas que le han enseñado y todos hacen prácticamente lo mismo; sin embargo, la metodología excelente son todas aquellas técnicas de control mental en donde se le explica al alumno de cómo él puede acceder a su subconsciente de forma voluntaria y abrir las ventanas de par en par para ventilar cuando él lo desea.

¿Y el mejor consejo para superar su ansiedad?

El consejo perfecto es animarles a hacer cualquier actividad que le produzca mucha satisfacción; así como hacer deporte en grupo donde puedan comunicarse y hablar, junto a un régimen alimenticio impuesto por un dietista. Las dietas del melocotón, del yogur, de la sandía… todas las monodietas son mortales por necesidad. Hay que consultar un especialista.

 

Entrevista a Dr. Nasser

zesis

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