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Nuestra microbiota y Omega 3, articulados evitan el sobrepeso

El afán por controlar nuestro peso y obtener resultados eficientes nos permite conocer bien a fondo ciertos elementos. Y en este caso, el Omega 3 nos ofrece numerosas cualidades, a cuál de ellas más beneficiosas. Ya se conoce popularmente como un tipo de grasa buena, y se encuentra en alimentos como los pescados de agua fría (sardina, salmón, caballa o atún), en las semillas como la chía y la linaza o en frutos como el aguacate y las nueces.

El consumo de esta grasa actúa en el organismo reduciendo la inflamación, controlando el colesterol y protegiendo nuestro cuerpo ante enfermedades cardiovasculares y cerebrales. El último estudio del Food Research International ha desvelado que, consumir Omega 3 y conservar una buena microbiota, ayuda a evitar el sobrepeso y la obesidad, dos problemas que a día de hoy afectan al 60’9% de los españoles.

Por primera vez, se ha confirmado la acción sinérgica de los ácidos grasos y la microbiota intestinal para regular el peso. Se convierten en uña y carne si nuestro deseo es evitar el sobrepeso. El buen estado de nuestra microbiota beneficia a la digestión de numerosos alimentos –sobre todo aquellos que contienen Omega 3– y contribuye al aprovechamiento energético de nuestras comidas.